Septicemia Rickettsial Salmonídea (SRS) o Piscirickettsiosis fue reportada por primera vez en Chile en 1989. Desde entonces, esta enfermedad infecciosa endémica representa el mayor desafío económico de la salmonicultura chilena, debido a las importantes pérdidas y costos asociados, tanto directos como indirectos, que se elevan a más de 700 millones de dólares anuales.
SRS es producida por la bacteria intracelular facultativa Piscirickettsia salmonis, que tiene la capacidad de evadir la respuesta inmune del pez, lo que le permite persistir en el interior de su organismo y generar rebrotes clínicos cuando las condiciones son favorables para su replicación, haciendo particularmente difícil su eliminación. Así, en más de 30 años, aún no se soluciona el desafío que supone SRS para la industria. Sin embargo, a lo largo de estos años, la investigación ha permitido entender mejor la Septicemia Rickettsial Salminídea. Hoy, el conocimiento desarrollado combinado a avances recientes, están dando luz a la posibilidad de diseñar estrategias holísticas que permitan controlar la enfermedad.
La Septicemia Rickettsial Salmonídea es la principal causa de mortalidad infecciosa y la principal responsable del uso de medicamentos en la salmonicultura chilena.
Se trata de una enfermedad producida por la bacteria intracelular facultativa Piscirickettsia Salmonis que, al evadir la respuesta inmune de los peces, logra permanecer en el interior de las células de diferentes órganos. Así, una vez que los peces se ven afectados, es común observar recurrencias de la enfermedad, las cuales causan daños crecientes a los salmones, producto de la presentación de un cuadro inflamatorio persistente, con una consecuente pérdida de la integridad y funcionalidad de órganos como el riñón y el hígado.
Los peces con Septicemia Rickettsial Salmonídea manifiestan distintos signos, entre los cuales se encuentran:
Al igual que en la salud humana, un pez previamente enfermo o cuyas defensas primarias, como la piel y las branquias, están comprometidas, será más propenso a enfermarse.
Diversos factores externos, sanitarios y de producción desempeñan un papel importante en el desarrollo de brotes de SRS, lo que acentúa la dificultad experimentada hasta ahora para controlar la enfermedad, debido a la naturaleza intracelular del patógeno que la causa. Entre los factores que aumentan la susceptibilidad de los peces a sufrir brotes de SRS, encontramos, entre otros:
Septicemia Rickettsial Salmonídea o SRS es una enfermedad que afecta a varios órganos y tejidos, tales como el riñón, bazo, hígado, intestino, cerebro, ovario, branquias, piel y músculo. La enfermedad produce una mortalidad severa de diferentes especies de salmónidos, lo que, a su vez, genera pérdidas económicas, relacionadas directamente con la mortalidad o con la calidad del producto final en planta.
La integridad de las barreras primarias, como las branquias y la piel, es uno de los factores más relevante para la prevención de SRS, ya que su alteración permite el ingreso del patógeno en el organismo del pez. En este sentido, existen 2 factores principales que afectan la integridad de las barreras primarias y predisponen a la presentación de SRS:
Según estudios realizados por Sernapesca, la coocurrencia más detectada en peces afectados por Septicemia Rickettsial Salmonídea es la presencia de daños en sus branquias, como trastornos proliferativos y vasculares. Estas alteraciones branquiales son frecuentes en Chile debido, principalmente, a condiciones medioambientales que favorecen la persistencia de organismos marinos asociados al plancton.
El fitoplancton, o microalgas, forma la base de la cadena alimenticia hidrobiológica, sirviendo de alimento a organismos mayores, como peces, pero, además, también es responsable de la presencia de oxígeno (O2) en los océanos.
Existen aproximadamente 4.000 especies, de las cuales algunas pueden ser peligrosas para los humanos al producir biotoxinas y causar pérdidas económicas en la cadena de producción en la salmonicultura, como resultado de los problemas ecológicos que se generan cuando el fitoplancton desarrolla demasiados nutrientes, los cuales se multiplican y forman lo que se conoce como mareas rojas.
Los resultados de una investigación en la que participaron seis investigadores chilenos, demuestran que la infestación por Caligus, o piojo de mar, en particular la presencia de parásitos adultos, se asocia con mortalidad por Piscirickettsiosis. De este modo, los hallazgos destacan la importancia de un control efectivo de caligus, con el fin de establecer estrategias para reducir la mortalidad atribuida a SRS.
El rol que tiene el caligus en los brotes de SRS se relaciona, principalmente, con el daño que genera este parásito en la piel del pez, permitiendo la penetración de la bacteria en el organismo.
La función principal del sistema inmune es la defensa contra las infecciones. En este sentido, los órganos linfoides, como el timo, riñón y bazo, así como el proceso ontogénico linfocitario desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune de los salmones.
Si bien los peces suelen presentar una respuesta inmunológica bien desarrollada e integrada, esta misma y la producción de anticuerpos puede variar según la edad del pez o su nivel de estrés. Estos factores deben ser considerados al momento de aplicar vacunas, puesto que pueden influir significativamente en su efectividad. Así, una capacidad de respuesta inmune baja, sumada a la facultad de Piscirickettsia Salmonis de evadir la respuesta inmune, aumenta la probabilidad de brotes de SRS y complejiza su prevención y tratamiento. Dos factores clave influyen en la respuesta inmune son:
La etapa de esmoltifación es fundamental en el ciclo de vida de los peces, ya que es cuando completan su transformación morfológica, fisiológica y conductual entre parr y smolt, para luego ser ingresado al mar, lo que puede generar un alto nivel de estrés. Cabe destacar que los peces son incapaces de regular por sí mismos su temperatura corporal, por lo que esta transformación y su metabolismo dependen directamente del ambiente en el cual se encuentran. De esta forma, la calidad del agua, en particular su temperatura, y el nivel de oxígeno, son claves asegurar la salud, la robustez y la calidad del smolt.
Teniendo esto en cuenta, resulta crucial contar con un smolt robusto, que presenta un buen consumo de alimento y crecimiento, de manera que sea capaz de resistir al estrés de la postransferencia y a las posibles enfermedades infecciosas que se podrían presentar al ingresar al mar, como la Septicemia Rickettsial Salmonídea.
Diversos factores externos y de la misma producción en agua de mar, como la presencia de depredadores, pueden estresar a los peces y debilitar su sistema inmune, aumentando su susceptibilidad a enfermedades infecciosas, como SRS. Entre los principales predadores que afectan a los centros de cultivos en Chile, están el lobo marino y las aves como los cormoranes, gaviotas, golondrina de mar, pato quetru (ave no voladora), huairavo o martinete, pimpollo, gaviotín, entre otros.
La Septicemia Rickettsial Salmonídea representa un gran desafío económico para los productores de salmón. Esta enfermedad infecciosa no solo causa pérdidas directas por mortalidad de peces, sino que también:
Así, la Septicemia Rickettsial Salmonídea tiene un significativo impacto económico, tanto por los altos costos de producción que implica, como por la reducción de ingresos que ocurre como consecuencia de la enfermedad.
Septicemia Rickettsial Salmonídea fue reportada por primera vez en Chile en el año 1989. Desde entonces, ha estado afectando al salmón en las distintas regiones de Chile dónde se produce, como Los Lagos, Aysén y Magallanes, convirtiéndose en la principal causa de mortalidad infecciosa en la industria. Por lo tanto, la implementación de medidas para la prevención y control de esta enfermedad se ha convertido en una prioridad.
Actualmente, las vacunas son el principal medio de prevención, mientras que se utilizan medicamentos para controlar la enfermedad. Sin embargo, ninguna de estas 2 soluciones ha demostrado ser completamente efectiva contra SRS. Por ejemplo, a pesar de que en los últimos cinco años se administraron cerca de 1.078 millones de dosis de vacunas en la industria salmonera chilena, de las cuales el 36% fueron destinadas a prevenir SRS, resultados de investigaciones recientes demuestran que aquellas vacunas: no brindan una protección adecuada para reducir la mortalidad asociada a SRS de manera significativa, como tampoco para retrasar el primer brote de SRS. Por ello, estas medidas deben integrarse dentro de una estrategia más amplia y no ser consideradas como soluciones aisladas.
En la actualidad, no existe una solución única que sea suficientemente eficaz para evitar la presentación de SRS y mitigar sus efectos a lo largo de todo el ciclo productivo. Sin embargo, al entender el comportamiento del patógeno que causa SRS, su relación con el sistema inmune del pez y los factores que predisponen la ocurrencia de brotes de esta enfermedad, hoy es posible diseñar una estrategia integral que reduzca el riesgo de presentación de la enfermedad, disminuya su impacto y la merma productiva asociada. En este sentido, el uso de alimentos que fortalecen las barreras primarias, la respuesta inmune y promueven una mayor resiliencia en los peces, es decir una mejor capacidad de sobrellevar y resolver la infección adecuadamente; junto a medicamentos, en la etapa temprana de la enfermedad, está mostrando resultados muy prometedores.